La oligarquía corrupta que fue desplazada del poder presidencial en julio de 2018 ha puesto todos sus recursos económicos, políticos, mediáticos, jurídicos, y propagandísticos, que ha aún son enormes, al servicio de un propósito: obstaculizar los cambios emprendidos en estos dos años, desgastar al gobierno de la Cuarta Transformación, desprestigiar a sus funcionarios y hacer creer a la sociedad que “todos son iguales”, con el fin de confundir a la ciudadanía en vísperas de los comicios de junio próximo para arrebatarle a la coalición gobernante las mayorías en el poder Legislativo, impedir que avance en las gubernaturas y las presidencias municipales y frenar de esa manera la regeneración de México.

 

Si la oposición conservadora logra tal objetivo, no sólo se estancaría la transformación nacional, sino que se pondrían en peligro los logros del actual sexenio: la lucha contra la corrupción, el establecimiento de nuevos derechos para los habitantes del país, la política exterior soberana, el rescate del sector energético nacional, la transformación de la antigua estrategia de guerra por una estrategia de paz, el impulso a una democracia efectiva, la separación entre el poder político y muchos otros que han sido cumplidos o que están en curso.

 

Pero, huérfanos de un proyecto propio para el país, los reaccionarios saben que el pueblo de México mantiene su respaldo mayoritario al proyecto por el que votó en 2018 y su única esperanza de recuperar el control de las cámaras y de ganar gubernaturas y otras posiciones de poder reside en una descomposición o una guerra interna entre quienes respaldamos la Cuarta Transformación.

 

Por eso resulta crucial mantener la unidad, retomar la movilización, incluso en el contexto de las duras limitaciones impuestas por la pandemia, mantener informada a la sociedad --- aunque tengamos en contra al conjunto de los medios informativos, empeñados en su mayoría en una campaña de desinformación, difamación y siembra de pánico --- y deponer todo interés personal en aras de los objetivos superiores que nos fijamos desde que convocamos al pueblo de México a una regeneración profunda de la vida nacional.      

 

Lic. Alberto Masón Orta

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